Además, por primera vez a nivel mundial, los formatos digitales superaron en ventas a los físicos. La tendencia se mantenía imparable desde hace ya cinco años, sobre todo a partir de la irrupción del streaming como modalidad de consumo en línea, pero este adelantamiento digital no ha sido una realidad en las cifras globales hasta el año pasado. Solo en tres de los grandes mercados, Japón, Alemania y Francia, las ventas por cd’s y vinilos superan todavía a los ingresos generados a través de Internet.
En el recuento global, el 45 por ciento de los ingresos de 2015 provienen del área digital, mientras los formatos físicos se quedan atascados en un 39 por ciento. El 16 por ciento restante hay que imputárselo en su mayoría a los derechos de comunicación pública (radios y televisiones). Mientras la franja digital experimenta un estirón del 10,2 por ciento, el negocio físico se contrae en 4,5 puntos.
68 millones de usuarios de pago en ‘streaming’.
La brecha que la rama digital ha abierto respecto a los productos físicos se explica, sobre todo, por la abrumadora aceptación del streaming como fórmula de consumo musical. Los ingresos por esta modalidad crecieron en un espectacular 45,2 por ciento a lo largo de estos últimos doce meses. Son ya unos 68 millones de aficionados en todo el mundo los que disfrutan de suscripciones premium (con pago de cuota mensual) a plataformas como Spotify, Deezer, Napster o Apple Music, cuando en 2014 eran 41 millones y en 2010, solo ocho millones de usuarios. Así las cosas, los ingresos mundiales por streaming son ya el 19 por ciento del total de la industria, y prácticamente igualan a los de las descargas de álbumes o canciones (20 por ciento).